Hacer es querer

Hacer es querer

Daukaia significa “hacer” en Miskito, una de las lenguas del noreste de Nicaragua. Dicha palabra ha guiado nuestras acciones en los últimos años y representa muy bien el movimiento y la energía que nos mueve. Precisamente en el origen de todo está un viaje: cinco amigos, unidos por la pasión docente, hicieron un voluntariado de un mes durante el verano de 2012.

Ese tiempo supo a poco. Al terminar la estancia, nos invadía un cúmulo de emociones: la sensación de dejar tantas cosas pendientes, de no poder atender a los estudiantes como queríamos o la idea de hacer siempre un poco más. De ahí que al regresar se decidió constituir una ONG y darle solidez y continuidad a un proyecto que merecía la pena.

Pronto los viejos amigos trajeron a otros nuevos y cada verano Daukaia se renovaba con nuevos voluntarios que se vinculaban a la idea inicial aportando iniciativa, entusiasmo y duro trabajo. Al comentar entre todos la principal razón que nos llevaba a volver cada año o a persistir en esta aventura, la respuesta siempre era la misma: los estudiantes. Las chicas y chicos a los que atendimos durante estos años mostraron que con las oportunidades adecuadas y un poco de apoyo, podían cumplir sus sueños y producir cambios positivos en sus familias y entorno. También nos regalaron sus historias, nos abrieron las puertas de sus casas, nos ayudaron con su generosidad y excelente actitud y, aunque ellos no lo crean, nos enseñaron mucho más con su ejemplo de lo que nosotros pudimos aportarles. Bien mirado, a tenor de las últimas incorporaciones, el carácter de “comunidad de aprendizaje”, de grupo de amigos que se aporta mutuamente, ha estado siempre presente.

Daukaia es ahora una organización que da servicio a cerca de cincuenta niñas y niños y que cuenta con un pequeño equipo de trabajadores locales que velan por su educación, desarrollo personal y bienestar. Quizás ahí reside la clave de todo lo que hemos construido, de ese “hacer” que hemos intentado llevar a cabo cada día, en la firme creencia de que un acto de generosidad engendra otros similares. Muchos de ellos, juntos, tienen la fuerza suficiente para cambiar a toda una sociedad.

En este tumultuoso 2021, cuando pronto se cumplirá una década de proyecto, podemos girar la vista atrás y sentirnos orgullosos de todas las niñas y niños que han pasado por los centros donde hemos dado clase y actuado. Todo el mérito de lo que han conseguido es suyo y nosotros nos alegramos de, siguiendo aquel atemporal lema educativo, aprendieran a hacerlo todo por sí mismos. Ellos han sido nuestra razón de ser en estos años… y esperamos que sigan siendo, como tú, lector de estas líneas, parte de los próximos.


Javier Fernández

Co-fundador

 

 

 Galería de imágenes

❤️ Recuerdos de cinco amigos en ese primer viaje que hemos inmortalizado:

 

 

 

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